11 oct 2013
Capalbio, el pueblo más al sur de la Toscana
Capalbio, está en la provincia de Grosetto, y posee un entorno ambiental espectacular, entre otras cosas porque se encuentra en la zona de la Maremma y porque posee dos lagos naturales en su término municipal, el San Floriano y el Burano. Durante el Renacimiento fue un borgo de gran importancia histórico-artística y por ello fue rebautizado como "la pequeña Atenas".
En la actualidad, el centro histórico está muy bien conservado y pasear por sus calles es remontarse, (como en tantos otros lugares de la región), a la vida del medievo. Eso sí, la proximidad y la calidad de las playas de la zona, hace que los turistas se trasladen a la Edad Media en chanclas.
La historia de Capalbio demuestra que la localidad ha sido siempre muy importante debido a su ubicación. Sus orígenes documentados, se remontan a los siglos VIII-IX, por un Castillo donado por Carlo Magno que pasó a formar parte del conjunto religioso de la Abadía de los Santos Anastasio y Vicente de las Tres Fuentes. Aunque, en las inmediaciones del municipio, se han descubierto tumbas con restos humanos de la edad del bronce.
En los siglos posteriores, las tierras de Capalbio estuvieron en manos de varios señores feudales y fue conquistada por otros tantos. Hasta que pasó a formar parte de la República de Siena y, entonces vivió una de sus épocas más florecientes, en la que se desarrollaron grandes obras arquitectónicas: como las murallas, los palacios que se conservan en la actualidad o la finalización de la construcción de la Rocca. Y, también los españoles pasaron por aquí, en su alianza con los Medici, conquistaron Siena y sus territorios, entonces Capalbio fue cedida a Cosme de Medici, pero su gestión no fue la mejor y el pueblo se sumió en una profunda crisis económica, demográfica y también sanitaria, por las malas condiciones de las zonas pantanosas que lo rodean.
En 1737 pasó de manos de los Medici a los Borbones y perdió su autonomía administrativa. Durante las guerras de independencia de Italia pasó de los dominios de Leopoldo II de Toscana al nuevo país unificado y poco a poco su economía volvió a ser floreciente, gracias a su rica agricultura.
En el paseo por las calles de Capaldio se pueden ver las dos iglesias que han sobrevivido a su compleja historia. Ambas poseen frescos de la escuela umbra. La más famosa es San Nicolás, junto al antiguo castillo, con un campanario del s. XII, que fue restarurada en el 1919 modificando su arquitectura original de estilo senese. La otra, el Oratorio de la Providencia, tiene un fresco atribuido a Pinturicchio.
Desde San Nicolás, podéis ir hacia la plaza de la Rocca, junto al torreón, está el Palacio Collacchioni, que alberga en su interior un famoso piano, construido por Conrad Grad en 1823, que fue tocado por Puccini. Y tomaros un descanso para asomaros a las murallas, que son dobles, para disfrutar de un maravilloso paisaje.
Una de las fotografías más bonitas que puedes realizar es alejándote un poco del pueblo al atardecer, el perfil que ofrece el conjunto, culminado con la torre aldobrandesca es espectacular.
Foto: www.argentonews.it
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