Si vuestro objetivo es recorrer esta tierra, no olvidéis que en la maleta tenéis que incluir el bañador, ya sea para bañaros en las innumerables playas que hay a lo largo de los 400 km d costa, ya para ir a las termas naturales en el interior de la región. Pero también podéis poner unos zapatos de caminar para ascender al Monte Prado (2054 m.), que forma parte de los Apeninos Septentrionales; o, si es invierno aprovechar e ir a esquiar al Monte Amiata (1.738 m.), que es un domo de lava, es decir, una montaña originada por la erupción lenta de la lava. En cualquiera de los dos montes podréis apreciar una vista espectacular de lugares insólitos de la Toscana.
También hay tres Parques Nacionales: el Archipiélago Toscano, compuesto por 7 islas, 3 islotes y numerosos escollos; el de los Bosques Casentinesi y Montes Falterona y Campigna; y, el tercero, Los Apeninos tosco-emilianos. Los dos últimos están en los Apeninos y son gestionados entre toscanos y la región Emilia-Romaña.
Huir del turismo masivo que ocupa las calles de algunas ciudades toscanas es descubrir una campiña única en el mundo, gracias a las formas que adquiere por las innumerables colinas que la forman. La agricultura está muy presente en todas las provincias y eso hace que en cada estación del año regale un colorido diferente al visitante. Se pueden encontrar campos con olivos, viñedos, girasoles, arrozales y, sobre todo, cereal.
Poco a poco os iremos adentrando en todos estos lugares y os contaremos detalles para que podáis aprovechar al máximo la Toscana.
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